H_ LOS MUSEOS
Estética y diseño
la faceta científica de la naturaleza:
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El invernadero |
Al final del siglo XIX, pero el Umbráculo es de 1883- el
último grito para forjar
Una superficie sombría donde cultivar plantas de sotobosques
tropicales y subtropicales era lo que se realizó en el Parque: La arquitectura
de hierro>>, típicamente de la época visible en el Born i otros mercados.
Cuatro filas de columnas sostienen una bóveda con cinco
arcos, uno grande, central, que se deshace en dos más pequeños a cada lado,
recubierta de listones de madera generador de un juego inagotable de claros y
oscuros que impregnan el ámbito interior.
El Umbráculo de la Ciudadela, con fachadas de ladrillo y grandes
portaladas forradas de hierro y madera, ha de considerarse, hoy como un
edificio único en su género.
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Museo de Geología (Neoclásico) |
Pero el Parque fue
concebido con una síntesis monumental de valores del siglo.
El Invernadero, el Umbráculo, y los Museos de geología y de
zoología- típicamente de 1800- representa la faceta
científica de la naturaleza, entonces importante. El conjunto,
incorporado a la alineación de casas porticadas del paseo de Picasso- de la
misma época- ha llegado con la pátina del tiempo, único e irrepetible.
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Umbráculo |
Proyectado
por Josep Fontserè y construido entre los años 1883-1887 por José Amargos,
forma parte junto con Invernadero y el
Museo de Martorell de Geología, del programa
científico y museístico integrado dentro del proyecto global de
ordenación de la Ciudadela que diseña el mismo Josep Fontseré en el año 1872.
Su estructura es hecha de pilares de fundición y vigas de
hierro, ligadas jaunas del mismo material que conforman una vuelta con cinco
arcos, uno grande, central, y dos más pequeños a cada lado. La
vuelta es cubierta por un listonado de madera generador de un juego de
claroscuro que recrea la penumbra de los bosques tropicales, y el hábitat donde
viven las especies que se cultivan. Las
fachadas de ladrillo y las grandes puertas de madera cierran este edificio,
único en su género.
En el año 1988, con motivo del Centenario de la Exposición
Universal, fue restaurado por Parcs i Jardins del Ayuntamiento de Barcelona,
respetando íntegramente el proyecto original. Y enriqueciendo su contenido con
nuevas especies vegetales que completan un magnifico catalago verde del cual
destacaremos: Livistonia chinensis, Breaucarnea recurvata, Strelitzia alba,
Howea fosteriana, Phoenix roebelenii.
H)
La vegetación.
Paulonia y pinos de canarias.
Paulownia imperialis, dos nombres latinos- dedicados a Anna
Paulowna, hija del Zar de Rusia, por tanto de estirpe imperial, casada
posteriormente con Guillermo III de Holanda- que identifican botánicamente una
especie concreta de árbol: la paulonia, conocida y exportada a buena parte de
Asia desde tres siglos a. de C. degranes
diminutas pero bellísimas- aladas y plateadas- transportadas por el
viento a largas distancias, se reproduce con facilidad y llega a formar
auténticos bosques en China y en Japón. Este último país se ha convertido en
exportador de la madera, ligera y muy apreciada en trabajos de artesanía. Las
flores y las hojas- al contrario que las semillas- en cambio, pasan de las
medidas corrientes: las primeras labiadas, de un intenso violeta, miden 5 cm. y las segundas, exceden
generalmente de los 20.
Árbol esbelto, fascinante en la primavera en el momento de
la floración, lucen en solitario delante del museo de Geología. Al ala
científica del Parque cada uno de los edificios- Umbráculo, los museos, el
invernadero- dispone de su propio jardín. Entre el invernadero y el museo de
Zoología un amplio patio, con aspecto de salón poblado de tilos y de un castaño
de indias que parecen escapados del paseo central. Junto a la paulonia, en
nuevo espacio ajardinado delante del museo de Geología, naranjos agrios, viejos
y bien conservados, pinos blancos, repletos siempre de piñas secas y vacías,
árboles del amor, de hoja redondeada, y un grupo de pinos de Canarias,
guardianes del umbráculo, de porte muy peculiar. Naturales de Tenerife y Gran
Canaria, donde viven por encima de los mil metros de altitud, se cultivan
también en las zonas templadas: sur de Australia, en resumen, Nueva Zelanda o
centro de Chile. De tronco alto y erecto- crece rápidamente y llega con
facilidad a los 25 m.
-es de los pocos pinos que rebrota del tronco. Las hojas- delgadas, hasta 30 cm. de largo- se agarran a
las ramas con pequeños dedales de Argentera, un nuevo jardín, más sombrío aún,
con tejos, casuarinas, tipuanas y coccúlos- algunos casi centenarios-
repartidos por los parterres de cada ángulo. En el eje central, en cambio, una
sola especie: naranjos agrios, en doble hilera, interrumpida solamente por la
fuente de la cigüeña y la zorra y un portentoso aro de plátanos de sombra.
Perennifolios de ámbito mediterráneo a la sombra de los caducifolios, adaptados
a climas más fríos. El porte de ambos, a pesar de tener la misma edad, hace
patente la diferencia en el crecimiento de las especies y su adaptación a
climas más o menos ricos.
la faceta científica de la naturaleza
Redonda
de Plátanos que intentaban o yo al menos así lo interpreto, escenificar los doce apóstoles, expresión utilizada
para identificar el propagador de una doctrina o creencia.
Bien
pues de los doce plátanos tan solo
viven once el que debería hacer el número doce con frecuencia se muere, podíamos
llamarlo el Judas Iscariote el apóstol que traiciono a Jesús y por ello la
tierra le es hostil y no lo admite como tal.
Científicamente
no es un argumento válido porque hay, infinidad de posibilidades de hacer que
dicho plátano viva, no es más que una
fábula que yo quiero atribuir a la
anécdota que durante decenas de años el espacio de dicho árbol este vacío.
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Columna meteorológica que sintetiza la mentalidad
científica que presidia La remodelación del espacio
de la Ciudadela.
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Tabla de distancia |
Reproducción en mármol de la (Fabula de la
Fuente del zorro)
>> Cierto día un
zorro invita a comer a la Cigüeña. De menú caldo ligero servido en un plato
plano. Mientras el anfitrión lo lamia todo en un momento, la cigüeña, de pico
largo y delgado, se ve impotente de probar una sola miga. Al cabo de un tiempo
para res quitarse de parecida burla fue la cigüeña la que invita a comer al
zorro, el cual acepta contentísimo
La carne, servida a trozos pequeños
dentro de un frasco de cuello largo y boca estrecha, fue inasequible al morro
del zorro. Avergonzado y con las orejas
bajas y la cola entre las piernas, se vuelve a su casa. (Mentirosos para vosotros escribo).