lunes, 26 de diciembre de 2016

El Parque de la Ciudadela -18


K- EL MODERNO ZOOLOGICO


Estética y diseño


 Una nave central, rectangular, orientada hacia la Plaza de las Armas, daba soporte a dos alas grandes de planta semicircular, adosadas a lado y lado, formadas por galerías concéntricas -12 en total - dispuestas como las varitas de un abanico gigante. El colosal edificio el gran Palacio de la Industria-ocupa esta zona del Parque en tiempos de la Exposición Universal: la nave central, donde hoy conviven los grandes mamíferos de la fauna africana y los cosos laterales perfectamente amoldados al perímetro curvilíneo del Parque-, el resto del terreno, con el derribo de las dos naves circulares, y posteriormente en 1927, el elemento central se plega definitivamente la magnificencia de aquel abanico gigante.

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 La abertura del paseo que por la parte baja enlazaba con la avenida de los Olmos y con la de los Tilos supone la reconstrucción del antiguo anillo de circunvalación interior. Ubicando dos elementos-una vez más de aire marcadamente de 1800- sobresale de la mediocridad general del nuevo diseño: un montículo, con pretensiones de reproducir las formas y perfiles típicos de Montserrat y una fuente- más tarde convertida en símbolo de laciudad- con

 


 
 
 
 
La Dama del paraguas
dos tazas superpuestas, coronadas por una
figura femenina,con polizón, que protegida
por un paraguas, pasea elegantemente bajo la lluvia. Unicos componentes del Parque antiguo que juntamente con algunos olmos excepcionales han quedado incorporados a las modernas instalaciones del Zoológico.

 

 

 

 

Fuente de Josep Fonseré, autor del proyecto del Parque y escultura de Joan opa el Roig Soler (Reus 1885). Anterior a La Exposición Universal y desmontada  al comenzar las obras del gran Palacio de la Industria, ocupa el lugar actual desde final del siglo pasado.

K) La vegetación.

Olmos, fitolacas, robinias y acacias del Japón.Cada árbol, abandonado a su libre desarrollo, adquiere con el tiempo un porte característico, propio de la especie: el aspecto columnar del ciprés común, la forma de parasol de los pinos piñoneros y las cabeceras altas y cilíndricas de los chopos o las amplias y esbeltas, compactas o lisas, de los tilos, robles, robinias o castaños de India son ejemplos bastante elocuentes. Nada más la competencia- en lucha por la subsistencia y la ocupación del espacio- entre ejemplares próximos o con otras especies vecinas, llega a modificar este carácter genético: en una comunidad o plantación densa, el porte de los árboles se alarga y las copas más estrechas, merman singularmente de volumen. En el ámbito urbano, tanto en plazas y calles como en parques y jardines, un nuevo factor incide además en el aspecto de la vegetación: la poda.


Reproducción de la montaña de Montserrat
 
Frecuentemente, el aspecto del árbol de la ciudad no tiene un solo punto de coincidencia con el porte, casi siempre noble y elegante, que espontáneamente adquiere. La intrincada arquitectura arbórea que tiende a controlar el desarrollo de ramas ramillas hasta conseguir la máxima superficie foliar expuesta a la luz y que acaba, con aparente simplicidad, modelando individuos plenamente armónicos, queda totalmente rota por la práctica indiscriminada de la poda. El beneficio revierte en el alumbrado público o viario, en la seguridad de los paseantes, en la sanidad, ventilación y visibilidad de las casas más próximas, y tantas y tantas conjeturas posibles. Finalidad con evidente provecho para el ciudadano, recomendables todas ellas, urbanísticamente indiscutibles, pero que acaban desterrando de la ciudad la imagen natural del árbol, sencilla y proporcionada. En el Zoológico, en cambio, en la parte baja del Parque, exuberante, ocupada hoy por más de 45 especies diferentes, el aspecto de la gran mayoría de ejemplares recuerda más el de los árboles nobles y elegantes del mundo silvestre que al más convencional de sus hermanos de la ciudad:             

 Unos bellos ejemplares de fitolacas y de cócculos en marcando un fondo de airosas Washingtonias nos acercamos a una de las más frondosas arboledas del Parque. Los olmos, los viejos olmos del Zoo son los testimonios vivos más impresionantes de las plantaciones del siglo pasado; árboles de porte y de desarrollo singulares, dignos de figurar entre los más notorios del ámbito metropolitano. La corta hilera existente cerca de los habitáculos de los osos

y de los camellos acredita al mismo tiempo el trazado que tiene este tramo de paseo de circunvalación. Dibujo que, unos metros más allá, se hace aún más visible con la doble hilera de plátanos de sombra que enlaza la Dama del Paraguas con el paseo de los Tilos, fuera ya de los límites del Zoológico.

 Las ficas, cerca del elefante de África, de aspecto parecido a las palmeras pero de poca altura y hojas mucho más estrechas son ejemplares únicos en el Parque. Robinias y acacias del Japón, eminentes y altivas- las primeras de hojas blancas, primaverales, y las segundas amarillentas, de aparición estival- conviven a la sombra de las montañas de Montserrat, en uno de los conjuntos vegetales más fieros y bellos, con tilos, negundos, encinas y casuarinas.

 LAS PLANTAS
Pi Blanc. Pinus halepensis, Ciprés común Cupresus sempervirens. Braquiquiton. Brachychiton populneum. Abre de l'amor, Cercis silicuastrum. Baladre. Nerium oleander. Xiprer d'arizona. Cupresus arizonica. Xiprer de Lambert. Cupresus macrocarpa. Magnólia grandiflora. Teix. Taxus baccata. Robínia piramidal. Robinia pseudoacacia. Pollancre del Canadá. Populus canadiensis. Om. Ulmus minor. Acácia del Japo. Sophora japonica. Palmera datilera. Phoenix dactylifera. Tipuana speciosa. Llorer. Laurus nobilis. Til-ler Tilia europaea y Tilia tomentosa. Tuia. Thuja orientalis. Coccul. Cocculus laurifolius. Alzina. Quercus ilex. Platan d'ombra. Platanus acerifolia. Margalló. Chamaerops humilis. Palmera de Canáries. Phoenix canariensis. Lledoner. Celtis australis. Palmera excelsa. Trachycarpus fortunei. Casuarina. Casuarina equisetifolia. Bellaombra. Phytolacca dioica. Alber. Populus alba. Alber bolleana. Populus alba. Hibisc.  Hibiscus syriacus. Cedre de l'himálaia. Cedrus deodara. Viburnum d'olor. Viburnum adoratissimum. Washigtonia. Wuashigtonia filifera y Washigtonia robusta. Libocedre. Libocedrus decurrens. Taronger agre. Citrus amara. Pi de Canáries. Pinus canariensis. Podocarp. Podocarpus nerifolius. Paulónia. Paulownia tomentosa. Alzina surera. Quercus suber Graevil-lea. Grevillea robusta. CAstanyer d'India Aesculus hippocastanum. Negundo Acer negundo. Firmiana. Firmiana simplex. Desmai. Salix babylonica. Maclura. Maclura pomifera. Ailant. Ailanthus altissima. Pebrer bord. Schinus molle. Pissardi Prunus cerasifera. Parquinsónia. Parkinsonia aculeata. Acácia. de Constantinopla. Albizzia julibrisin. Troana. Ligustrum japonicum. Luca. Yucca elephantipes, Yucca aloifolia y Yucca recurvata. Ficus de cautxú Ficus elastica. Evónim del japó. Euonymus japonicus. Acácia de tres punxes. Gleditsia triacanthos. Ginkgo. Ginkgo biloba. Noguera negra. Pacaner. Juglans nigra. Tamariu. Tamarix gallica. Taxodi. Taxodium distichum. Avet. de l'Himalaya. Pinus smithiana. Cirerer. Prunus avium. Pitospor. Pittosporum tobira. Roure de Méxic. Quercus polymorpha. Quercus pubescens. Pollancre de la xina. Populus lasiocarpa. Freixe d'olor. Fraxinus ornus. Abre de Júpiter. Lagerstroemia indica. Rafiolepis. Raphiolepis indica. Espírea. Spirea cantoniensis. Nenúfar. Nymphaea alba. Morera. Morus alba. Garrofer. Ceratonia siliqua. Pi Pinyer. Pinus pinea. Cicas. Cycas revoluta. Bursária. Bursaria spinosa. Araucária. Araucaria excelsa. Bauhinia. Pota de vaca. Bauhinia candicans. Olivera. Olea europaea. Figuera. Ficus carica. Robinia, Falsa acácia. Robinia pseuduacacia. Teix del japó. Cephalotaxus drupacea. Bútia. Butia capitata. Eritea. Erythea armata. Aladern. Rhamnus alaternus. 

 Superficie total: 31 ha. 13,87 son ocupadas por el Zoológico.
Proyecto de Josep Fontseré i Mestres, premiado en  concursos público el 19 de marzo de 1872.

Criterios principales del diseño según el propio autor:

Tomar el ejemplo de las celebres villas de Italia, las famosas quintas Borgliese i Pamfili de Roma, los jardines Boboli de Florencia... en los que reina el arte y reina la naturaleza: el primero no se propone dominar a ésta hasta el extremo de quitarle sus formas propias como en los jardines franceses; ni imitarla hasta el punto de que se ofrezca el efecto de la realidad misma viviente como en los parques ingleses.

Se completa el efecto de los paseos y vías por medio de construcciones que dan idea de cultura y grandeza…

(el estilo) dispone de todos los medios que le proporciona la arquitectura y la escultura para convertir el jardín en sitio a propósito ordenado para distraer el ánimo y cultivar la inteligencia.

Enlazar el trazado de las vías públicas que según el plano del ensanche confluyen a estos terrenos con la reforma que se trata de realizar.

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