domingo, 19 de octubre de 2014

Conservación del árbol en el medio urbano 2


Conservación del árbol en el medio urbano 2

Beneficios que tienen los árboles urbanos sobre las personas

1. Reducen la velocidad del viento en un 50%

2.
 Filtran hasta una tonelada de polvo en un año (polvo mezclado con otras partículas, gases, bacterias, virus, etc.).

3.
 Diluyen las emisiones radioactivas del aire y el sonido, por cada 10m que se interne en el bosque (parques).

4.
Tienen la facultad de reducir en 15 decibelios el sonido, por cada 10m que se interne en el bosque (parques).

5.
 Protegen la piel del humano de los rayos ultravioleta emitidos por el sol, y magnificados por la debilitación de la capa de ozono.

6.
 Pueden consumir 2,350 kgs de bióxido de carbono en una hora.

7.  
Un árbol adulto puede producir 1.7 kgs de oxígeno molecular en una hora, lo cual representa en un día, el oxígeno necesario para 64 personas en el mismo lapso.

8.
 Aumenta la humedad relativa del aire hasta en un 10% (bajo su sombra).

9.
 Bajo un árbol, se produce una disminución de temperatura ambiental en el día hasta de 10°C, y por las tardes hasta de 15°C.

10.  
Los tonos verdes de las hojas producen tranquilidad a las personas.

11.
 Muchos árboles y pequeñas plantas proporcionan esencias medicinales o curativas, como el té, eucalipto, naranjo agrio, guayaba, etc.

12.  La cantidad de vapor de agua, cedida por una planta a la atmósfera es significativa, valorándose en el orden de 350 a 800 litros, la requerida y devuelta por un árbol, para formarse un kilo de madera.


Conservación del árbol:
El árbol es un ser vivo y como tal necesita unos cuidados necesarios para evitar cualquier riesgo de fractura de ramas o caída y rotura del mismo.

El árbol forma parte del medio urbano y como no, del Ayuntamiento y como tal se ve afectado por los recortes y la privatización de los servicios públicos como la sanidad, el agua, la luz, el gas etc.

Los bienes esenciales tendría que estar prohibido constitucionalmente privatizarlos o venderlos, por lo tanto el cuidado de todo lo público sería  obligatorio.

En los ayuntamientos que no han privatizado el servicio de poda, por lo general tienen equipos especializados que se dedican durante el año a podar, limpiar, aclarar, realzar etc.

Las campañas de poda anuales cada vez deben ir  más en caminadas a la regla del corte y no al corte de la regla, (Emmanuel Michau); en una de sus reflexiones dice: aproximarnos en lo posible a lo que debe ser la poda y que Carriere define muy bien:  “es la operación que consiste  en suprimir partes de ramas con el objeto de dar a las plantas una forma determinada, es cortar  la extremidad de las ramas que pasan estos límites que se han fijado”. (Cristope Drénou), en su libro la poda de los árboles ornamentales ¿Del porqué al cómo Dice. Partiendo del principio que la poda no debe ser sistemática, sino que debe ser el resultado de una gestión metódica.  Pues no basta con saber podar, es preciso también para alcanzar su objetivo, saber por qué se hace.

Creo que en el articulo nº 1 aclara bastante lo que debemos hacer en la gestión del arbolado de la ciudad o plan de riesgos; con eso evitaríamos desgracias como las de Madrid.  No se evitaran todas, pero si una buena parte de ellas.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Conservación del árbol en el medio urbano. 1


Conservación del árbol en el medio urbano.

 El árbol necesita al menos un control de riesgos al año:  es decir una revisión ocular desde la base del mismo hasta la rama más alta.

 Finalidad.
La finalidad es disminuir al mínimo posible el nivel de riesgo del arbolado de la ciudad, es decir la probabilidad de producir daños a personas o bienes por la fractura o caída de ramas o árboles y la magnitud de los mismos.

 Ámbito
Todo el arbolado de la Ciudad

 Objetivos
Los objetivos de este procedimiento es desarrollar un sistema por tal de:

-Detectar las situaciones previsibles.

-Valorar la probabilidad de producir daños y su magnitud de los mismos.

-Establecer las actuaciones más idóneas.

 Definiciones
Los accidentes por fractura y caída de ramas o arboles pueden ser previsibles o no previsibles.

Se consideran accidentes  no previsibles los que son resultado de causas de fuerza mayor (ejemplo un temporal) o los que no presentan una relación casual o causa fortuita (por ejemplo. caídas asintomáticas). Tenemos que recordar, que los arboles se pueden fracturar sin una causa aparente.

Se consideran accidentes previsibles, los que antes del  incidente

presentan indicios de peligro y no hemos actuado en consecuencia. Estos casos pueden comportar reclamaciones de responsabilidad por negligencia.

 Evaluación del nivel de riesgo
No podremos establecer valores absolutos del nivel de riesgo  del árbol o arbolado. Solo podemos comparar unos árboles con otros y ordenarlos.

 Factores que intervienen

La probabilidad de que se produzca un accidente depende de:

La especie.

La medida del mismo

El estado

La magnitud del accidente depende de:

La medida de la parte que cae

La altura de la que cae

La velocidad a la que cae

Y que debajo encuentre (diana )

 Actuaciones para disminuir el nivel de riesgo

Eliminar elementos susceptibles de producir daños

Arranque del árbol

Poda de eliminación de ramas

Disminución de la medida del árbol o rama

Reducir o cortar ramas

Reducir la altura

 Forma de trabajo
Para establecer una metodología  idónea a la  magnitud del ámbito de actuación y que nos haga viable su aplicación, se considera necesario dividir el trabajo en dos fases.

Primera fase de trabajo
Definir un criterio discriminatorio que reducirá significativamente la población de árboles que es  necesario evaluar.

 Descartamos los árboles que por evidencias no necesitamos pasar a la segunda fase.

-Muertos, senescentes o irrecuperables

-Los que con una actuación los podemos considerar normales

-Los normales

 El criterio será más fiable, si es el del técnico que lo ha llevado a cabo. Trabajaremos sobre la propia experiencia y la del equipo.

De todas formas en caso de duda pasaremos a la segunda fase.

 El objetivo de la primera fase es agrupar los ejemplares de cada tramo en las siguientes actuaciones.

 O Arrancar o cortar el árbol

O Pasar a segunda fase

O Actuar

O Mantener

 Para eso tenemos que poner en marcha un plan que en Barcelona venimos realizando desde hace unos quince años y que llamamos plan de riesgo. Y que además de la poda que se pueda llevar a cabo cada año,   un equipo de personal técnico  se dedica a realizar un estudio de árbol a árbol y lo notifica al departamento de arbolado.

Esa revisión anual del arbolado de Barcelona, no evita todos los problemas que por causas varias  puedan ocurrir durante el año, pero disminuye muchísimo los accidentes  que casualmente puedan producirse.

 

miércoles, 20 de agosto de 2014

LABERINTO DE HORTA (BARCELONA 10)


SECCION B: Segundo nivel.

La plaza de las ocho columnas.
    
De la intimidad del jardín de los bojes (buxus), traspasada la bella portalada coronada por dos leones y cuatro realces alegóricos a diferentes aspectos de la realidad primaria del mundo, se acede al monumental conjunto neoclásico, engalanado con terrazas de diferentes niveles, con el Laberinto como centro. La reja, en efecto- era el paso obligado durante la época de esplendor del jardín-, se abren hacia una reducida placeta- la de las ocho columnas- punto de intersección de cinco caminos radiales abocados cada uno a una nueva perspectiva. El verde oscurecido de las paredes de cipreses contrasta expresivamente con los tonos pálidos y dulces- predominando el ocre- del suelo, las paredes y el revoque de las columnas: rincón de extrema simplicidad pero afable y placenteros como pocos.
 
La avenida principal, más espaciosa, aboca directamente, a modo de atajo,         hacia       la           plaza del Laberinto y remata en el templo de Ariadna. Un entramado
metálico, a manera de pérgola, nos introduce en un camino diagonal- el cuarto- que atraviesa el segundo Nivel del jardín entre sendas y senderos diversos.
 
Paralelamente al largo muro de cierre del palacio, el quinto camino converge, en una glorieta hoy desarbolada, con el paseo de las encinas, único en elegancia a los jardines de la ciudad.
En el entorno de una alberca central- rectangular, de gran caudal como las más típicas reservas de agua del país- la amplia terraza aloja los más altos y destacados árboles del jardín. El visitante se adentra en un conjunto paisajístico cerrado en sí mismo, con una isla de silencio, acta para el descanso, el paseo o la simple observación durante el camino de ida y vuelta del Laberinto.
SECCION C: Tercer nivel

El Laberinto

El jardín, obra de arte.

El tercer nivel- alma del gran conjunto neoclásico- tantas veces engalanado en forma de amplia terraza, se estructura alrededor del marco inigualable de un tono regular- verde brillante- del Laberinto. Dos avenidas laterales paralelas y en suave pendiente, prolongaciones respectivas del paseo de las encinas del nivel inferior y de la arteria central que surge de la plaza de las ocho columnas, delimitan de lado a lado el bancal cuadrangular, denso, lleno de caminos y paredes de cipreses. Un juego de cortas escalinatas- doble tramo central y dos laterales rematados por bellos templetes- y un muro con balaustras y jarrones ornamentales de terracota, salvan el desnivel del terreno por el ala norte, conformando la más expresiva y colorida integración entre diseño, arquitectura, escultura y vegetación. Las preceptivas,  inagotables, que estos elementos generan, encuentran el complemento ideal en la visión más lejana, sobre la ciudad y el mar.

El agua, en todo el jardín, se entre mezcla en diversas formas: como un plácido manantial a la salida del Laberinto o como la lámina de un espejo, dentro de la gruta, cortada por los chorros que intermitentemente caen del techo, húmedo y pedregoso. Por arriba, en la terraza, configura el piso lustroso de cada uno de los dos salones laterales, presididos por un realce y enmarcados entre muros por bustos de aspecto clásico.

El conjunto, dominado por los ocres, blancos y tostados, siempre suaves, de los caminos, esculturas y piezas ornamentales, es plenamente envuelto por el verde oscuro, apagado y ennegrecido, de una cenefa de viejas encinas. Paraje de insólita luminosidad y regusto poético figuran, indiscutiblemente, entre las más bellas escenas jardineras creadas en el país.

La orla de encina que circundan el Laberinto, se expande masivamente- con algunos ejemplares excepcionales de pinos piñoneros- hacia el ala de levante, llana y de más bajo nivel, conformando un manto arbóreo, sombrío y singularísimo: intrincados senderos curvilíneos, actualmente reseguidos de aralias, aúcubas, pittosporum y camelias, dibujan, por debajo, un segundo y original laberinto. En la época de esplendor del jardín, las orlas geométricas del bajo bosque- oscuro, húmedo y fresco- eran tapizadas por cojines de musgo, numerosos y diversificados. Era el llamado " jardín de los musgos" -, cuesta hoy imaginarlo- actualmente desaparecido pero a la vez recuperable.
 

SECCION D: Cuarto nivel
Agua y arquitectura Culminación estética
La escalinata monumental, originada a la salida del Laberinto a cada lado de la gruta d'Eco i Narcis, se deshace, en clásica elegancia, en dos caminos paralelos ampliamente escalonados, por encima de un canal del más puro romanticismo: construido en 1853, transversalmente en la perspectiva central, de 16 palmos de profundidad, acaba por la parte de levante entorno de una isleta con un puente giratorio- hoy aun conservado- que permite el acceso a un quiosco de madera, rústica, con ventanales de vidrios de colores que, hasta hace pocos años, se erguía discretamente del bello entorno.
 Lugar galante y sombrío, envuelto de vegetación afable al abasto de las flechas capciosas lanzadas por el dios del Amor- desde el centro del Laberinto...
 Traspasado el puente, envuelta de vegetación, la escalinata se enfila de nuevo, entre jarrones, bustos y balaustras, hasta el pabellón superior, de líneas clásicas y severas. Dos armónicos peristilos laterales culminan en un grupo escultórico con singulares relieves e inscripciones latinas alusivas al arte y a la naturaleza. Aún marco estético incomparable, el estanque difiere bien poco, en esencia, de la típica alberca- o balsa- de cualquier masía catalana, obligado depósito de agua a causa de las condiciones climáticas del país.
 Hasta la fuente de la Marquesa, idealizada en una ninfa al pie del manantial, el terreno continúa plano hasta perderse en un bosque circundante, en marcada pendiente. Desde la cima del jardín, como en los modelos italianos que le sirvieron de inspiración, las perspectivas- inacabables y heterogéneas a lo largo de los caminos- se proyecta tanto hacia el propio parque como al paisaje exterior, medio urbano medio natural.

SECCION  E:
El jardín romántico.
Al poniente del eje central del jardín- desde el estanque superior y  la fuente de la Marquesa al palacio y al jardín de los boj- el terreno de bajada presto hasta el fondo del valle, húmedo y fresco. Dejamos la magna creación del jardín neoclásico, fusión de arquitectura, paisaje- agua y vegetación- y representación iconográfica del amor plasmada en relieves, inscripciones y esculturas en una jerarquía creciente de valores, para adentrarnos en una manera nueva de entender el jardín, posterior en los tiempos: los caminos, casi rectilíneos y paralelos entre sí, recorren de norte a sur- en sentido perpendicular a la pendiente, abrupta y pronunciada- el largo bancal de terreno hasta La finca.
Nada más dos tramos de escaleras, rústicas, los dos extremos de la zona permiten acceder en pocos pasos al fondo del valle donde la vegetación envuelve plenamente al paseante. Los taludes, desde la cabecera, ceden el espacio a una amplia avenida, de aspecto duro.
Pequeños parterres centrales de formas y tamaños adaptados a las irregularidades topográficas, remarcan el valle entero alternándose con estanques y diferentes formas de vegetación, la arbórea de porte excepcional. La zona, densamente sombría- casi oscura-, respira un aire profundamente romántico. La moda de la época y el sentimiento un poco desbocado exacerba este carácter. En efecto, diversas realizaciones- algunas desaparecidas pero de las que queda constancia gráfica o escrita- así lo testimonian: una copiosa cascada- la infraestructura de la cual aún es visible-; mesas y bancos rústicos de piedra; una capillita dentro de un tronco de un árbol; un falso cementerio con lápidas y sarcófagos y una ermita- aún existentes-  con un monje en el interior, reproducido a medida natural, meditando, delante de una calavera. El jardín romántico, con alegorías al trabajo, a la religión y a la muerte, proponían una severa reflexión después de la magna representación del amor y de la vida plasmada en el jardín neoclásico.
 
 
 
 

 

 

martes, 15 de julio de 2014

LABERINTO DE HORTA BARCELONA 9

Templete con escultura Dánae

EROS Y EL LABERINTO

Entrada: saldrás sin rodeo

El Laberinto es sencillo

No es menester el ovillo

Que dio Ariadna a Teseo.

(Inscripción grabada sobre el relieve a la entrada del Laberinto
 
 
Siete doncellas y siete mancebos, según cuenta la mitología, eran entregados periódicamente como tributo de la derrota al rey de Creta, el cual los recluía al palacio de Cnossos- suntuoso edificio construido por Dedal con intrincadas galerías, estancias, patios y corredores- con tal de satisfacer el hambre de una monstruosa criatura, el Minotaure,

 mitad hombre y mitad toro, preso a perpetuidad.  Ya no los vería nunca más. Un día, Ariadna, la hija del rey, se enamora de Teseo- héroe del Atlántico por antonomasia-,  uno De los condenados a tan horrible final.  Para ayudarlo le entrega un canutillo de hilo que el joven va desplegando al paso inacabable por habitaciones y pasos secretos.  Vencedor al fin del Minotaure, al que luchando elimina a muerte, el hilo le permite reencontrar fácilmente la salida.  Es evidente el sentido que se deduce: tenacidad y destreza vence los obstáculos hacia la liberación.  Con la razón se superan las más arduas dificultades.

La primitiva simbología del Laberinto, aunque, cambia sustancialmente a lo largo de los tiempos: del inevitable camino al reino de los muertos- como eran las construcciones funerarias egipcias, verdaderos embrollos de salas y corredores- a la viva representación del poder- caso del Laberinto de Creta-

    Laberinto (pieza central de la iconografía  del Parque)

 Adquiere, a partir del siglo XII, un significado entre mágico y esotérico que llega a transformarse en religioso: el camino hacia Dios del hombre pecador y extraviado, bien perceptible en los laberintos pintados de algunas catedrales góticas.  Seis siglos después, los laberintos- y el de Horta no era la excepción- ya no pretenden representar ni el poder ni el premio al Más Allá.  El sentido religioso y social había evolucionado hacia una concepción más alegre y pagana: un juego jocoso y   entretenido, cebo de inocentes y travesuras galantes.  El Minotaure, el monstruo, es aquí Eros, el Dios del amor, joven hermoso.  Desde el centro del Laberinto dispara- alguna vez al azar- la flecha que cambiara profundamente la vida sentimental de la persona afectada.

DISEÑO Y ESTETICA
Sección A: primer nivel.
El palacio y el jardín del boj.
El ámbito de acceso

Desde los caminos del turó hasta el paseo del Valle d' Hebrón, la finca del marqués de Alfarrás se extendía en un principio a través de la estrecha tira de terreno entre el camino de Valldaura y el torrente que pasa paralelo.  Una larga avenida central de acceso relegaba la vieja carretera de Horta con la placeta vestíbulo del palacio, hoy preservada como una reliquia histórica al bello medio de amplias y modernas zonas de aparcamientos.  Solamente un tramo corto de este antiguo paseo- el superior- con doble hilera de tilos y algún castaño de India persisten aún de pie.  Más abajo, un arco y un puente de avanzado diseño disuelve discretamente los restos de la vieja avenida con las estilizadas curvas arquitectónicas del velódromo de la ciudad y los espacios anexos.

La reja de hierro forjado de la entrada principal, apoyada sobre un largo muro reseguido de merlets, con figura, con la fachada del palacio y las salas laterales en forma de hemiciclo, un patio central, gentil y acogedor.  Es visible, desde este punto, la alta torre cilíndrica- curiosamente coronada por los mismos merlets reproducidos en el muro de la cerca- llamada" torre Subirana"

 
sólida fortificación anterior al siglo XIV con parámetros de ocho palmos de grosor por noventa y cuatro de altura que, después de más de seiscientos años de existencia, aun se mantiene arrogante.
 
 La primera casa hecha a su alrededor fue ampliada posteriormente- posiblemente hacia 1850- con dependencias de estilo árabe, libremente interpretado siguiendo el gusto de entonces.  Es probable que quede para siempre sin explicación el profundo  desacuerdo estético entre el palacio y la sobriedad y elegancia de las líneas del jardín.
El actual acceso al público circunda el palacio y accede, por detrás, a la más bella creación de la época existente en los jardines de Barcelona: el jardín del boj.    
 

 
 
 

viernes, 6 de junio de 2014

LABERINTO DE HORTA BARCELONA 8


Sección E: el jardín romántico

El agua y las plantas

Los árboles y arbustos de más desarrollo - de porte elegante y envejecido- se encuentran en el jardín romántico, al fondo del foso, tapizando los abruptos taludes que los delimitan. Si bien el jardín neoclásico el paseante ha descubierto con sorpresa ejemplares excepcionales, esparcidos por aquí y allí, luciendo todos los atributos- poco frecuentes- de más de un siglo de existencia, en el jardín romántico,  en cambio dominan acaparadoramente, bien en grupos o formando pequeñas masas forestales como es el caso del denso bosquete de laureles, con tejos, encinas y robles, a la cabecera del torrente.

La configuración del terreno- cuenca natural de la recogida de agua de lluvia y de sobrantes de la cascada- suministra continuamente a los vegetales, herbáceos o leñosos, no solamente la protección física indispensable sino, más destacada aun, la fuente primordial de vida: el agua. Incluso en épocas de sequía- tan frecuentes en nuestro país- las capas más profundas del suelo se transforman en importantes reservas de este elemento inestimable tan íntimamente ligado a la subsistencia de las plantas.

Las cabeceras de laureles, tilos y tejos- con púas de robinia ailanto entre mezclados- recubren la larga y continuada sucesión de parterres en el fondo del valle.  Pronto, se reconoce los tonos suaves y dibujos de la corteza que por la forma y color de las hojas, excesivamente altas para nuestra visión.  El marrón agranatado de la corteza de los tejos- deshecha en pequeñas láminas, exfoliadas- contrasta con la superficie lisa, regularmente gris, que recubre los troncos de los laureles o con la corteza más clara, en tiras sinuosas trazadas de arriba abajo, de los tilos. 

Los taludes en cambio, son las encinas y los robles- siempre entre laureles y lentiscus- los que tienden de verde oscuro el restos del jardín romántico.  Si raras y compactas son- por lo tanto dignas de mención- las especies arbóreas silvestres que han sobrevivido a diversas consideraciones en todo el territorio barcelonés los viejos ejemplares del Laberinto, agarrados al suelo húmedo del terreno, merecen figurar con todos los honores en el catálogo de árboles históricos.
 

miércoles, 7 de mayo de 2014

LABERINTO DE HORTA 7 (BARCELONA )


sección D
Pinedas y orlas arbóreas

Completa la diversa hermosura de este jardín un frondoso bosque o selva se mezclan la lujuriosa vegetación tropical, el aspecto agreste de nuestras garrigas y el pintoresco paisaje de un parque ingles>>. Comentario un tanto inflado aparecido en una guía de comienzos del siglo.

 


Zona de bosque
Si bien la magna creación de los jardines del Laberinto no ha tenido nunca mucho de parque inglés, <>, en cambio, sí que persisten como tales en buena parte de la finca. Dentro del ámbito del jardín, han estado invadidas o repobladas de unos años ahora mayoritariamente por pinos halepensis y pinos piñoneros. Y es precisamente esta masa vegetal <> y <> la que hoy da soporte y en vuelve completamente, abocándose sobre el paseos, estanques y canales de agua, las sucesivas terrazas del jardín neoclásico.

El tono monocolor de las extensas pinedas de pino halepensi- poco variable a lo largo del año y el más brillante de los pinos piñoneros- dominantes en el ala del levante- se rompe solamente - en el tramo superior, junto al nacimiento del agua- por la orla estrecha, más fosca y apagada, También perennifolia, de laureles, cipreses y algunas encinas.    

  Más tumultuosa,hasta la propia terraza del Laberinto, es una  fila de olmos, robles y tilos- estos últimos más abundantes los que sombrean y resiguen la escalinata monumental.

Hay que destacar, el   contraste entre esta especie caducifolia y la larga cenefa de encinas y aladiernos, copa y corteza ennegrecida, a los dos lados del canal transversa

lunes, 7 de abril de 2014

LABERINTO DE HORTA BARCELONA (6)


Entre ejemplares excepcionalmente elegantes - camelias a la sombra del umbráculo; washintonies y palmeras de Canarias a pleno sol; un formidable pie de tamarindo o el porte gigante de tilos y cedros del Himalaya- son los tejos los que, gracias a la poda, lucen formas imaginarias, libres y fantasiosos.  Con dos jardines- colindantes pero fuertemente contrastados y diferentes- fueron de uso privado hasta la bien entrada  década de los sesenta.  Y como tales se han conservado hasta hoy.




Sección B: Encinas, eucaliptos y secoyas.
El jardín, a cuestas de una pesada historia, nos sorprende con la presencia siempre con el prorrumpir de ejemplares arbóreos o arbustivos más que centenarios. En efecto, las encinas libremente desarrolladas en el paisaje, enlazadas por el ramaje a manera de alta cúpula, acogen a su sombra a uno de los cerezos de madroño más notables del territorio: La corteza lisa, marrón gránate-sobresale, en una rara armonía, entre el verde enfosquecido de cipreses y laureles, especies dominantes en su entorno.
Rozando el paisaje, esparcidos por la amplia terraza, otros  árboles eminentes reflejan sus ramas sobre el mirador del agua de la gran alberca: viejos eucaliptos, los más aparentes, de tronco y ramaje excepcionalmente desenvuelto, han logrado resistir, no sin graves perjuicios- bien visibles- las extremas heladas de los últimos años. Los tonos desvanecidos de su follaje y las cintas y galones multicolores que se desprenden de la corteza destacan del fondo compuesto por especies diversificadas, todas ellas, con única excepción  los robles, perennifolios.

No lejos de la alberca, en medio de un bosque de laureles, un ejemplar destacado de secoya- de porte estrecho y piramidal-, posiblemente único en los espacios públicos del ambiente urbano y metropolitano. La corteza gruesa y agrietada roja- dificilísima de quemar ha hecho posible la supervivencia hasta nuestros días de bosques exuberantes, auténticas reliquias forestales, reunidas en la ladera de la montaña de California-húmedos y con niebla cerca del mar.  Reputadas como especies de larga vida se llega a decir que tienen 3.000 a 4.000 años de existencia.

Contando los anillos de algunos troncos, ha permitido verificar edades rayando los 1.500 años, ciertamente no despreciables.
Por la parte delantera de la secoya, una auténtica filigrana de boj recortado-

Hoy desafortunadamente deshecha- circundaba, a manera de alfombra, cuatro tejos simétricamente plantados. Más al norte, un bello ejemplar de pino- también único en el jardín, pino de hojas muy largas- de unos 20 cm- gruesas y punzantes, con piñas gruesas, ovalado-cónicas, cogidas a las ramas generalmente en grupos, de dos a cuatro.

 Sección C: Cipreses
Centenares de cipreses comunes en la línea de los tres metros de altura, plantados a pocos centímetros unos de otros, configuran los

750 metros de paredes del Laberinto.  El ciprés común- su origen de la especie se han perdido, difuminados por las tierras del mediterráneo oriental (isla de Chipre, Grecia...) -extendido hoy por la mano del hombre en todo el ámbito mediterráneo con la especie exótica, el ciprés macrocarpa o de lambert. De porte más dilatado y piramidal, a acompañado de un rápido crecimiento, es fácilmente diferenciado de su género.

 El recorte continuado y esmerado- delimitan la altura y marcando la amplitud- lo que favorece la aparición de hojas, ramas y ramillas desde su mismo pie, convirtiendo la plantación en un auténtico muro vegetal que, en pocos años si es debidamente respetado-, resulta prácticamente infranqueable.  El corte periódico no es obstáculo, porque las inflorescencias- sean las masculinas en forma  de pequeñas piñas alargadas, o las femeninas que con el tiempo se vuelven frutos redondos y gruesos- teniendo tiempo de formarse y desarrollarse, cubriéndose multitudinariamente (especialmente las primeras), ya llegada la primavera, las monótonas perspectivas, lineales, de los inacabables caminos.

EL PARQUE DE CAN BUXERAS 4

  Zona de jardín lateral que nos adentra en la zona naturalizada Casa del servicio (Masovers) El nuevo propietario, a principios de este sig...