domingo, 20 de febrero de 2022

CAMINO NATURAL DE VILLABLINO A VILLASECA DE LACIANA

 CAMINO NATURAL DE VILLABLINO A VILLASECA DE LACIANA

Camino muy recomendable para suavizar el colesterol y la tensión arterial, y como no para ayudar a nuestro pulmón y corazón a oxigenarse en medio de un maravilloso bosque de, una superficie de 1344 ha; que absorbe millones de kg. de CO2, siendo declarada el 10 de julio de 2003 Reserva de la Bioesfera, por la UNESCO pionera en la conservación de los recursos naturales.

 denominado Brañaredonda y sus agregados (Zona de especial Protección de las aves) También forma parte del Plan de Recuperación del oso pardo cantábrico. 


Es una importante zona reproductora del urogallo cantábrico, incluida igualmente en el plan de recuperación de esta especie, ambas están catalogadas en peligro de extinción.

Con alto valor ecológico, y paisajístico,  acompañado con los mejores bosques mixtos de la Cordillera Cantabrica.

Es un bosque caducifolio, fresco y frondoso formado por hayas (Fagus Syvatica)


carballos (Qercus petraea), y rebollos (Quercus pyrenaica), forman arboledas mixtas predominando como especie dominante una u otra dependiendo de la orientación y de las características del suelo, el bosque lo siguen poblando tilos (Tilia platyphyllos), tejos (Taxus baccata), abedules arces (Hacer psedoplatanus), olmos (Ulmus glabra-), fresnos (Fraxinus excelsior), (Betula alba), acebos (Ilex aquifolium), serbales ( Sorbus aucuparia, Sorbus

intermedia), avellanos (Corylus avellana), manzanos (Malus sylvetris), cerezos (Prunus avium, Prunus padus), sauces Salix caprea, Salix cantábrica), ericas, Cytisus,


Genistas acompañadas por helechales y plantas hidrofílicas bordeando los arroyos, junto con la vegetación de ribera a acompañadas de muchas variedades de flores. 

 

 

 

 

 


Una de las primeras casas viniendo de Rioscuro, a Villablino hoy acompañada de varias nuevas edificaciones.

 


domingo, 30 de enero de 2022

PALACIO DE PEDRALBES 8

Parterres de la entrada al Palacio con baladres y bouganvillea tapando el muro de entrada
 

LA AVENIDA DE LOS TILOS

La vegetación. Laureles y robinias. El pino del Himalaya.

Originario del Asia Menor, pero cultivado en todo el ámbito mediterráneo desde tiempos inmemoriales, el laurel, en Cataluña, se encuentra naturalizado- en régimen de libre reproducción, sin intervención del hombre y en lícita competencia con las plantas indígenas del país- exclusivamente en lugares habitados y en los fondos de torrenteras y valles húmedos de las tierras bajas. El aroma peculiar de la planta, los márgenes típicamente ondulados de las hojas y el peciolo rojizo que las sostiene son caracteres que por sí mismos permiten identificarlo con facilidad. En los jardines del Palau de Pedralbes es, por doquier, la especie más frecuente, y asimismo, la de imagen más diversificada: recortado como seto bordea el ala derecha del parque; perfiles redondeados, entre cilíndricos y esféricos, delimitan el arco del surtidor de la entrada o puntean juguetonamente la fachada del Palacio. Individuos altos y ufanos, en armónica convivencia con la arboleda del parque, figuran diseminados en la práctica totalidad de parterres. Pero el ejemplar arbóreo mejor conformado lo encontramos junto al minúsculo estanque del ala izquierda, entre robinias y aligustres.  La gran mayoría en cambio, conserva el porte arbustivo propio de su crecimiento natural.  Efectivamente, amontonados al pie de cualquier laurel aparecen, ininterrumpidamente a lo largo del año, innumerables y vigorosos retoños que, si se respetan, convierten cada ejemplar en un haz vivo de pequeños troncos.  Es el típico crecimiento arbustivo. La poda continuada, limitando el desarrollo aéreo, favorece la formación de estos retoños.  Una y otra forma- arbórea y arbustiva- son bien visibles a la sombra de la densa vegetación del jardín, a ambos lados del paseo de los tilos.

Paseo de los Tilos  
Psarterre de hiedra con  una de los cinco jarrones de piedra y mármol 




Al igual que sucede con los laureles, la vegetación dominante del parque es perennifolia y, por tanto, con variaciones poco aparentes a lo largo de las cuatro estaciones del año. Los contados árboles caducifolios existentes- exceptuando la doble hilera central de tilos- se agrupan, con muy pocas excepciones, alrededor del anillo peatonal de circunvalación: en el ala de poniente, viejos ejemplares de robinias, especie de origen norte americano pero tan perfectamente adaptada a nuestras latitudes que se reproduce espontáneamente y se desarrolla con extraordinario vigor por todo el territorio, llegando, a menudo, a competir con éxito con las especies indígenas. Los foliolos de cada hoja, ovalados, de matiz azulado por el reverso y en número superior a la docena, se unen, apareados, con la luz intensa del sol, auto protegiéndose del calor, y al caer el crepúsculo, en un movimiento inverso, cuelgan relajadamente. En el ala de levante encontramos asimismo muy pocos caducifolios: escasos ejemplares de tipuanas junto a la antigua rosaleda y más allá, un solitario castaño de Indias. A medio camino, un pino del Himalaya- ejemplar único en los jardines públicos de la ciudad- de hojas delgadas pero alargadas, péndulas, sujetas en grupos de a cinco. En las vertientes del Himalaya, conjuntamente con los cedros, forma bosques mixtos de gran extensión. Su presencia en el jardín, permite al paseante llegar a entrever, con un poco de fantasía, la rara belleza- exótica- de estos bosques asiáticos.

Estética y diseño

Tres caminos, desde la entrada principal, conducen al Palacio: dos laterales, que dibujan un anillo de circunvalación, y el central, más corto, bordeado de una doble hilera de tilos. Es éste el viejo paseo- tanto como los viejos árboles- que desde la antigua torre Güell, hoy cuerpo central del Palacio, atravesaba la finca entera hasta más allá de la Diagonal. La apertura de esta vía, además de seccionar brutalmente el histórico camino, creó una serie de terraplenes de acusado desnivel que fue imprescindible ceñir a la nueva avenida. El surtidor de la entrada, abrazado por un camino circular en pendiente, con laureles y naranjos amargos recortados y una pantalla paralela de cedrus y cipreses, salva precisamente estas diferencias de cota. Idéntico papel nivelador juegan las escaleras y los muros de contención alrededor del patio de las antiguas caballerizas, hoy museo de carrozas. El viejo y fragmentado paseo de los tilos, tapizado de hiedra, atraviesa la antigua rosaleda, el área más abierta y espaciosa del jardín. Parterres triangulares de césped, simétricos a ambos lados, se abren como los claros en mitad de un bosque, rodeados de una densa barrera arbórea y, por el ala norte, de un original respaldo vegetal, recortado, con una cara ataludada, de evónimos y pitósporos. En cada flanco, un surtidor, simétricamente dispuestos, ornando una de las creaciones paisajísticas de mayor simplicidad, sinónimo, sin embargo, de noble elegante.

Los tres caminos    nos conducen hasta el palacio   

 Tetraclines articulat Catalogado



                 

 


viernes, 31 de diciembre de 2021

PALACIO DE PEDRALBES 7

 Pocas escenas paisajísticas muestran al visitante formas y colores de tanta belleza.







Estética y diseño

El trazado, uniforme y rectilíneo, que desde la plaza Francesc Macià dibuja la acera derecha de la Diagonal- doble hilera de árboles, paralela a una sucesión alterna de pequeñas islas de reposo y parterres multicolores-, se interrumpe bruscamente al llegar a la fachada del Palacio. 



Parterre de flor con cascada, estanque y escultura femenina en el centro

La vegetación se repliega aquí a lo largo de los 250 metros del muro de cerca: un tapiz de plantas trepadoras, casi continuo, se aferra a la pared desbordándose por los templetes de ambos extremos. A tocar, el tono oscuro de árboles y arbustos en marcado contraste con las estatuas de piedra. El largo y estrecho bancal- hermanadas la jardinería, la escultura y la arquitectura- preside y delimita una gran explanada, abierta y luminosa, con dos estanques y parterres de césped, subidos de nivel, rectangulares. Lugar soleado, de encuentro infantil, de paseo y de ocio, no sólo enaltece el área de acceso sino que aísla y separa el jardín del tráfico y la agitación ciudadana.  En el centro, un espacio pavimentado- enlaza con la Diagonal y antesala de los jardines- se convierte en rústico y terroso traspasada la reja monumental: barrotes de hierro forjado y columnas de obra con remate de bola descansan, a uno y otro lado, sobre dos pabellones- el de vigilancia del mayordomo del Palacio.  Viejas farolas de gas, con la corona condal y cuatro escudos de Barcelona, son testigos silenciosos de una época pasada, casi remota. 







Parterres de césped que presiden la entrada, a Palacio



martes, 30 de noviembre de 2021

PALACIO DE PEDRALBES 6

 

Entrada al jardín y Palacio por la Diagonal

La escena se repite, idéntica, en los dos extremos de la larga fachada que se asoma a la Diagonal, bajo los templetes de las caballerizas.

 

El hecho se explica fácilmente, pues el buen desarrollo y floración de las buganvillas-    como claramente da a entender

 su procedencia tropical- depende de una óptima orientación: exposición al sol y protección de los vientos del norte. Obsérvese que en los tramos del largo muro exterior, las buganvillas son substituidas por especies menos ávidas de luz, principalmente por la hiedra, liana indígena, adaptada a las áreas menos soleadas. Pero, a diferencia de los tallos de hiedra que en contacto con las paredes o con los troncos de los árboles generan espontáneamente nue 

vas raíces de sujeción, los largos sarmientos de las buganvillas carecen de órganos de apuntalamiento, por lo cual necesitan imprescindiblemente la ayuda de soportes mecánicos: listones, alambres, cuerdas... cómo puede comprobarse con facilidad. En verano, la floración simultánea de buganvillas y adelfas- arbustos alineados entre las estatuas, alternados con fotinias- transforma la monótona línea que cerca en una viva cascada de flores.

Pero el muro circundante al jardín no sólo luce por su cara externa: parterres irregulares con árboles de notable altura visibles desde la calle recorren el interior del perímetro: tejos, cipreses, algarrobos o ailantos, estos últimos en la puerta de levante.

 La bella perspectiva de los entornos del surtidor de la entrada, deshaciéndose en un abanico de cascadas sobre un estanque llano, centrado por un desnudo femenino de mármol, puede contemplarse cómodamente a la sombra de los cedros del Japón, bellos ejemplares adosados al pabellón de la izquierda.  Árbol típico de los paisajes silvestres del Japón- donde forma bosque en varias islas- es allí, por su abundancia, el equivalente de nuestros pinos. Resinosos ambos y de manera apreciada, difieren, sin embargo, de nuestras coníferas tanto por las hojas- más cortas y en forma de garfio, curvadas hacia arriba- como por los frutos- piñas menudas y esféricas amontonadas en los extremos de las ramitas. Propia de climas más húmedos, es especie poco frecuente en Barcelona, ciudad, para ella, de veranos en exceso cálidos y secos.

domingo, 31 de octubre de 2021

Palacio de Pedralbes 5

 

La vegetación. Buganvillas

A- LA ENTRADA A LOS JARDINES

Al llegar el naturalista Ph. Commerson a Rio de Janeiro en 1766, el viaje de circunnavegación a bordo de la fragata capitaneada por L. A. de Bougainville, descubrió en un jardín de la ciudad la insólita y cautivadora imagen de una planta trepadora enteramente revestida de flores entre violáceas y granates, vivas y brillantes a la luz del sol. Más tarde, al estudiarla, le daría el nombre- Bougainvillea- del comandante de la expedición. Los tonos vistosos y luminosos que observó no dimanaban de las flores- tubulares, amarillentas, insignificantes, agrupadas de tres en tres- si no de las pequeñas hojas que exteriormente las envuelven.  Acabado el período de máximo esplendor- florece en pleno verano- e iniciada la decadencia de estas brácteas, los matices marrones, más claros a medida que se acerca la caída, se adueñan entonces de la planta. Durante el mes de julio, la imagen de los dos pabellones de acceso, enmoquetados con los largos y en revesados tallos vegetales- los de la buganvilla descubierta por Commerson-, escrupulosamente recortados siguiendo la línea de cornisa y las aberturas, redondas y porticadas, de las ventanas, es inseparable del carácter magno de la entrada al jardín.



La escena se repite, idéntica, en los dos extremos de la larga fachada que se asoma a la Diagonal, bajo los templetes de las caballerizas.

 

  El hecho se explica fácilmente, pues el buen desarrollo y floración de las buganvillas- como claramente da a entender su procedencia tropical- depende de una óptima orientación: exposición al sol y protección de los vientos del norte. Obsérvese que en los tramos del largo muro exterior, las buganvillas son substituidas por especies menos ávidas de luz, principalmente por la hiedra, liana indígena, adaptada a las áreas menos soleadas. Pero, a diferencia de los tallos de hiedra que en contacto con las paredes o con los troncos de los árboles generan espontáneamente nuevas raíces de sujeción, los largos sarmientos de las buganvillas carecen de órganos de apuntalamiento, por lo cual necesitan imprescindiblemente la ayuda de soportes mecánicos: listones, alambres, cuerdas... como puede comprobarse con facilidad. En verano, la floración simultánea de buganvillas y adelfas- arbustos alineados entre las estatuas, alternados con fotinias- transforma la monótona línea que cerca en una viva cascada de flores.


jueves, 30 de septiembre de 2021

Palacio de Pedralbes 4

Desnudo femenino del Escultor Casanovas  
Las esculturas, el umbráculo, la propia alberca, el estanque o los surtidores no son sino pequeñas joyas sobrepuestas al conjunto. Conjunto con pocos  -escogidos-rincones, soleados pero con amplios parterres umbríos, como debe ser para gozar cumplidamente de nuestro clima.  Pocos, contadísimos, son los parques de la ciudad que, en una unidad inseparable, aúnan la profunda sabiduría de la naturalidad con los imperativos del hombre, el clima, la estética y la vegetación. Ojalá, en provecho del patrimonio paisajístico de la ciudad, nunca llegue a romperse esta unidad.
 




 






La pérgola de Antonio Gaudí, con arco

parabólico habitual en la obra de Gaudí.

Surtidor de agua bordeado de mármol 
  










La vegetación. Buganvillas

A- LA ENTRADA A LOS JARDINES

Al llegar el naturalista Ph. Commerson a Rio de Janeiro en 1766, el viaje de circunnavegación a bordo de la fragata capitaneada por L. A. de Bougainville, descubrió en un jardín de la ciudad la insólita y cautivadora imagen de una planta trepadora enteramente revestida de flores entre violáceas y granates, vivas y brillantes a la luz del sol. Más tarde, al estudiarla, le daría el nombre- Bougainvillea- del comandante de la expedición. Los tonos vistosos y luminosos que observó no dimanaban de las flores- tubulares, amarillentas, insignificantes, agrupadas de tres en tres- si no de las pequeñas hojas que exteriormente las envuelven.  Acabado el período de máximo esplendor- florece en pleno verano- e iniciada la decadencia de estas brácteas, los matices marrones, más claros a medida que se acerca la caída, se adueñan entonces de la planta. Durante el mes de julio, la imagen de los dos pabellones de acceso, enmoquetados con los largos y en revesados tallos vegetales- los de la buganvilla descubierta por Commerson-,escrupulosamente recortados siguiendo la línea de cornisa y las aberturas, redondas y porticadas, de las ventanas, es inseparable del carácter magno de la entrada al jardín.

Camino que sube hacia el Palacio






jueves, 2 de septiembre de 2021

Palacio de Pedralbes 3

 

LA VIDA DE PALACIO

El máximo esplendor del Palacio y uno de los acontecimientos históricos más importantes para la ciudad coincidieron en mayo de 1929 con motivo de la inauguración de la II Exposición


Universal de Barcelona, celebrada en esta ocasión en Montjuïc. El acto memorable- entre una apoteosis popular la comitiva regia desfiló del Palau de Pedralbes al Palau Nacional de Montjuïc- fue presidido por el Rey Alfonso XIII, el mismo que 41 años antes, de niño, jugaba en los jardines de la torre Castañero mientras su madre presidía los actos de la I Exposición. Los jardines, se engalanaron aquella primavera con más de un centenar de nuevas variedades de rosas llegadas de todos los lugares del mundo. El Concurso Internacional se celebró  aún dos temporadas más. Pero en 1931, proclamada la República, un decreto del ministerio de Hacienda hacía donación del Palau de Pedralbes al Ayuntamiento de Barcelona. Durante cinco años, las dependencias reales convirtieron en Museo d'Arts Decorativas, mientras en la segunda planta se instalaba la Residencia Internacional de Senyoretes Estudiantes. Hasta 1972 hospedó en catorce ocasiones al entonces jefe de estado, general Franco, aunque desde 1960- por acuerdo entre el Ayuntamiento y el Patrimonio Nacional fue sede permanente de exposiciones. Hoy, además de las dependencias propias del Palacio, acoge, en curso de instalación, el Museo de Cerámica y el d'Arts Decorativas. Una vigilancia incesante durante años y una cuidadosa conservación han mantenido impecablemente los jardines a lo largo del tiempo.

 LOS JARDINES HOY

 La impresión- quieta y serena- de encontrarse inmerso en un ambiente indiviso, forjado de una sola pieza- a pesar de la diversidad de rincones y escenas-, envuelto por un matiz dominante- a pesar de la pluralidad de verdes y marrones, de hojas y cortezas, de tierra y caminos-, es la impresión, imborrable, que el paseante se lleva después de saborear la placidez de los parterres a la sombra de los viejos cedros o la luz y la alegría alrededor de los surtidores. Ni las imágenes del viejo pino piñonero- en el ala izquierda del Palacio-, único, excepcional, ni las del denso y altísimo pinar reflejado en el espejo de la alberca -él safareig, típico elemento catalán-, ni la hilera policroma de macetas asomadas al borde del estanque, frente al Palacio - imágenes muy diferentes entre sí-, consiguen romper esta impresión de Unidad.  El color ocre- pálido- de los caminos y el verde oscuro-apagado- de la hiedra que los delimita son los elementos aglutinantes de una vegetación densa y exuberante que en un soplo silencioso y poético domina por entero al jardín


 Hilera de macetas policromadas que bordean el estanque (La fachada del edificio principal del palacio decorada con esgrafiados que recuerdan a los que había en la antigua Torre Guell, base de la nueva construcción).

EL PARQUE DE CAN BUXERAS 2

La finca, de 5 hectáreas de extensión, ha costado unos (32 millones de ptas. hoy equivalente en 192.324€).  De esas 5 hectáreas que tenia la...