Delante de todo a un queda una alberca cuadrada, donde había una glorieta con una escultura en el medio. Esta estructura fue desmontada y vendida por la comunidad religiosa. También han desaparecido cuatro esculturas que habían estado puestas alrededor de la alberca. Hoy este espacio es una sencilla plaza de arena, apta para los juegos infantiles.
Puente de piedra y el otro puente en el aire según el construido por Jhon Roeblingen en las Cataratas del Niágara
Antiguamente, desde aquí se a cedía a la casa a través de un sistema de pasadizos y grutas artificiales que podían ser eventualmente inundadas para hacer paseos en barca.
Plaza de arena donde los niños pueden jugar y correr, con una fuente al lado izquierdo encustrada en la pared
La vegetación, muy espesa y de hoja permanente, crea una atmósfera densa, punteada por juegos de luz y sombra, se adhería con la peculiar estructura de las grutas.
Antiguamente, desde aquí se a cedía a la casa a través de un sistema de pasadizos y grutas artificiales que podían ser eventualmente inundadas para hacer paseos en barca.
La
vegetación, muy espesa y de hoja permanente, crea una atmósfera densa, punteada
por juegos de luz y sombra, se adhería con la peculiar estructura de las
grutas.
Columnas de la sala hipóstila donde se puede ver una puerta que daba entrada a la casa a través de unos pasadizos y grutas artificiales que eventualmente podían ser inundadas para hacer paseos en barca.
Los jardines de Can Altamira, recuperados Para el público en 1994, son un reducto silencioso, una muestra de la peculiar creatividad de los barceloneses de otros tiempos.
El parque y la sala hipóstila contigua de Can Altamira proporcionan un escenario ideal para la exhibición conjunta de grupos de grandes esculturas
Camino de bajada, a la plaza de arena o saulo
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