Sarriá-Sant
Gervasi
Superficie:
0,43 Ha.
Proyecto: M. Luisa Aguado
Inauguración:
1991
JARDINES DE CAN ALTAMIRA
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Sala
hipóstila (donde se hacen conciertos de música
clásica)
Este
pequeño jardín de 4000 m2
fue construido a mitad del siglo pasado por el Dr. José Altamira dentro de su finca particular de San
Gervasio. Personaje un poco
extravagante, y rico hizo su riqueza en
la bolsa y creó unos jardines notables en su finca de Sant – Gervasi. Un
revés de su fortuna lo dejo casi en la miseria y dono sus
propiedades a las misioneras de la Inmaculada Concepción, que lo cuidaron hasta
su muerte, ya que no tenía herederos. |
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Puente de
entrada al jardín por la C/ Horaci Una parte de la afinca se aprovechó para establecer un colegio, a cargo de la comunidad religiosa. El doctor Altamira rompe la moda del racionalismo francés imperante para abocarse al mundo sombrío y sugerente del romanticismo. El jardín ha sufrido diversas mutilaciones con motivo de la apertura de las calles laterales, Mandrí y Horaci, que hoy lo de limitan. |
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Escaleras
restauradas así como los puentes y resto de jardín
La finca
pasa a las manos de una comunidad religiosa que la aprovecha para acoger el
colegio de la Inmaculada Concepción, que hoy aun ocupa una parte del jardín romántico. En los
años ochenta, el conjunto estuvo a punto de desaparecer para dar paso a un
bloque de pisos. Pero un plan
especial de conservación para este proyecto
salva definitivamente el jardín; después el Ayuntamiento de Barcelona ha
llevado a cabo la restauración y ha facilitado la apertura al público. Si bien
todo el jardín es representativo del momento en que se ha creado, lo que le da
personalidad son los elementos arquitectónicos que envuelven el jardín
romántico. Este jardín está situado a un
nivel más elevado con relación al resto del terreno accidentado que permite
establecer dos zonas diferenciadas. La comunicación entre los dos niveles se
hace a través de un par de puentes: uno de piedra y otro suspendido en el aire,
según el modelo de puente que construye John Roeblingen en las cataratas del
Niágara. El punto de unión entre los dos
niveles es una sala hipóstila, la parte
superior de la misma estaba llena de árboles plantados, aunque hoy
es una pequeña pista de basquet que forma parte de los equipamientos del
colegio.
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