Nada más
en los lugares más frescos enraizan y se mantienen arbustos exóticos como son
ahora los pittosporum o cotoneasters.
Debajo de la torre del Calvario, entre truhanas, aladiernos, oliveras y algarrobos, sobresalen esporádicamente de las cabeceras de los pinos- pinos blancos y piñonero entremezclados- emergen los brotes terminales, siempre inclinados o ligeramente colgados, de numerosos cedros del Himalaya, de porte piramidal. No lejos del grupo de magnolias, las formas aviejadas, casi míticas, de unos pocos algarrobos excepcionales. Todos los árboles perennifolios, poco cambiantes a lo largo del año, de tonos oscuros y desvaídos como es propio de la vegetación mediterranea. Y es este carácter- que no por habitual es menos atractivo- lo que viste de gala las formas arquitectónicas, típicamente gaudinianas, del Parque.
LA FUENTE DE SANT SALVADOR DE HORTA
Las obras
de urbanización paradas a la vertiente sur después del fracaso económico- no
llegan a este lado de la montaña. Los
caminos, pedregosos y rústicos, difieren bien poco de cualquier pista forestal.
La
pendiente, abrupta, obliga un largo recorrido antes de plegarse al fondo de
Sant Salvador de Horta. En 1984 un proyecto de acondicionamiento de la fuente y
la entrada por la calle del Torrent del Remei dibuja una serie de terrazas
enlazadas por muros, escaleras y pasajes empedrados que hacen más llana y
agradable la llegada a la fuente.
La
vegetación
Un
jardín entre la pineda
Un ramal
del camino superior del Parque atraviesa la carena y se abre paso entre taludes
altos y rocosos cortados en pico, que nos permiten observar a derecha e
izquierda la constitución pétrea de la montaña.
Sobre este sustrato, - a veces al descubierto, otras con una mínima capa
de suelo- se desarrollan una densa pineda de pino blanco- los pinos piñoneros
aparecen más abajo- con un sotobosque irregular: esclarecido en las áreas más soleadas o pisadas por el hombre- el garric es la especie dominante- alto y tupido donde la tierra se afirma y consolida. Lentiscus, viburnos, aladiernos, vegetales altos y leñosos- algunos sobrepasan la estatura del hombre- típicos de los bosques de la tierra baja catalana, ocupan el extracto arbustivo.
aparecen más abajo- con un sotobosque irregular: esclarecido en las áreas más soleadas o pisadas por el hombre- el garric es la especie dominante- alto y tupido donde la tierra se afirma y consolida. Lentiscus, viburnos, aladiernos, vegetales altos y leñosos- algunos sobrepasan la estatura del hombre- típicos de los bosques de la tierra baja catalana, ocupan el extracto arbustivo.
Valle
adentro, la pineda convive con algarrobos, oliveras y truhanas, a tramos
cedidos abiertamente al lugar. Pero la presencia de algunas higueras y sobre
todo de un buen número de almendros testimonia la existencia de antiguas
plantaciones de carácter marcadamente agrícola. Al iniciarse el lecho de la
torrentera, donde acaba la configuración abrupta del valle y comienza el juego
de terrazas, muros y escaleras, dos cabeceras grisáceas de eucaliptos y unas
pocas, más oscuras y brillantes, de tuyas- ejemplares de porte esbelto y
elegante- sobre salen del conjunto. A sus pies doble hilera de negundos y una
placeta de cipreses canalizan la ordenación jardinera hasta bien pasada la
fuente. Originarios de Norteamérica, donde forman bosques mixtos con otras
especies de caducifolias, los negundos se han adaptado no solamente a nuestro
clima sino a toda la vida urbana-son frecuentísimos en casi todos los pueblos y
ciudades del país- y en toda la diversidad de elementos contaminantes que ello
comporta.
A partir
de aquí y hasta la puerta de salida el paisaje se densifica. Toda la franja de
especies exóticas muy heterogéneas conviven entre un sotobosque denso,
mayoritariamente cubierto de pittosporum. Palmeras dactilíferas y de Canarias,
de hojas largas con un nervio central grueso, y algunas Washingtonias, de grandes
hojas en forma de abanico, se encuentran esparcidas entre pies de falsos
pimenteros y de mimosas, con ejemplares aislados del árbol del amor y un solo
castaño de indias. La vegetación espontanea de la loma, mezclada más abajo con
árboles de cultivo, ha sido sustituida alrededor de la fuente de San Salvador
de Horta, por especies ornamentales. La entrada al Parque por el fondo de este
valle es curiosamente presidida por un bosquecillo de cipreses de Lambert, de
porte alto y piramidal, que recuerdan sus congéneres- también a la entrada pero
al otro lado del Parque-, abocados al paso de los viandantes sobre la
escalinata monumental.
El 17 de octubre de 2006 se inaugura la restauración y mejora del Parc Güell. En la zona monumental donde acoge la obra de Antonio Gaudí básicamente se renovó el pavimento y se han instalado las barandas en las escaleras y otros puntos del jardín para mejorar la seguridad, han ampliado el número de mesas de picnic y se ha completado la renovación de las áreas de juegos, además de soterrar las líneas de servicios.
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