lunes, 29 de febrero de 2016


Acuerdo mundial por el clima.13/12/2015.


Compromiso en París para salvar el planeta 195 países acuerdan rebajar  las emisiones que contribuyen al calentamiento global.
Casi 200 países reconocieron que los peligros del calentamiento  global son más graves de lo que habían admitido y aceptaron  replantear sus modelos de crecimiento y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Principales puntos del Pacto
Enfriamiento del planeta. Intentar que para fin de siglo el aumento de la temperatura media quede 1,5 y 2 grados.
 Contribuciones quinquenales. Los países presentaran sus objetivos de reducción de emisiones cada cinco años.
 Mecanismos de control. Se crean inventarios para  seguimientos de los programas nacionales de reducción.
 Pérdida y daños. Creación de un mecanismo de compensación a los estados más afectados por el cambio climático.
 Ayuda financiera. Los países desarrollados movilizaran  100.000 millones de dólares al año en apoyo de los países con menos recursos. Laurent Fabius, selló simbólicamente el primer pacto universal sobre el clima, que entrará en vigor en 2020. A partir de 2025, se revisara al alza.  Aunque los objetivos de reducción no serán vinculantes, los expertos consideran que el acuerdo es ambicioso.
 Este pacto abre un camino, pero no es la meta, como resaltaron los negociadores. Los esfuerzos que hay ahora sobre la mesa no son suficientes para impedir que el aumento de la temperatura a final del siglo se quede”muy por debajo de los dos grados” el objetivo que persigue el pacto. Todos los países firmantes deberán limitar sus emisiones, aunque los desarrollados tendrán que hacer un mayor esfuerzo y movilizar 100.000 millones de dólares anuales.
 El acuerdo de París fija, entre otros, objetivos, elevar los “flujos financieros” para caminar hacia una economía baja en emisiones de gases de efecto invernadero, cuya sobreacumulación en la atmosfera por las actividades humanas ha desencadenado el cambio climático. “Se está mandando un mensaje clave al mercado global.
Ante el fracaso hasta ahora de los intentos por fijar objetivos obligatorios individuales a cada país – el Protocolo de Kioto aposto por esa fórmula y solo logro cubrir un 11% de las emisiones mundiales – ahora se le da la vuelta al proceso. Se pone una meta obligatoria: que el aumento de la temperatura media en la Tierra se quede a final de siglo “muy por debajo” de los dos grados respecto a los niveles preindustriales e incluso intentar dejarlo en 1,5ºC.
 Luego cada país pone sobre la mesa sus aportaciones voluntarias para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Y lo hacen todos los 187 de los 195 países reunidos en París han presentado ya sus programas nacionales. Todo el que firme y ratifique el pacto – algo que ocurrirá a partir de la próxima primavera deberá aportar contribuciones con las limitaciones de gases.
 El acuerdo de París entrara en vigor en 2020, por si solo no será suficiente para lograr el objetivo de los dos grados. Según se reconoce en la “decisión” en la  segunda parte del texto, los programas de recorte que han presentado los 187 Gobiernos no bastan. Se requerirá un esfuerzo muy superior. Por eso se establecen mecanismos de revisión al alza de los compromisos  cada cinco años. También herramientas de transparencia como los inventarios, para intentar que el control sea lo más objetivo posible.
 La UE aportara a los fondos de mitigación y adaptación que se recogen en el acuerdo. Es fundamental realizar esfuerzos para dotar al mundo de tecnologías bajas en carbono a costes muy reducidos, para lo que es prioritario reparar sustancialmente los medios que dedicamos a la investigación en esta área.
 Como era de esperar, las organizaciones ecologistas no están del todo satisfechas. Son pertinentes sus críticas a las inconcreciones del acuerdo y a que no se han tenido suficientemente en cuenta las necesidades de los países más pobres, que son los que más están sufriendo las consecuencias del cambio climático. Con seguridad que en relación a lo que debería haber sido, el acuerdo se ha quedado corto.
 Veinte años de fracasos sucesivos en las cumbres climáticas no dejan lugar a mucho optimismo, pero porque no, confiemos en que de esta vez sí se lleven a cavo las medidas plasmadas en el acuerdo.
 En estos momentos ya casi nadie niega que la temperatura del planeta haya aumentado y que ello se deba a la actividad industrial
 
El mundo se modifica con asiduidad y nuestro conocimiento no siempre está al día de tantas transformaciones. A pesar de la multiplicidad de las fuentes de información, estamos viviendo en un planeta en buena medida desconocido. No en el sentido que lo entendían los exploradores de antaño, sino porque no siempre percibimos las  relaciones y las interacciones entre fenómenos pertenecientes a distintos ámbitos: por ejemplo, entre la economía y la ecología, entre el  medio ambiente y los movimientos sociales o entre nuestro modo de consumir y el cambio climático.  Por eso es necesario actualizar periódicamente nuestra visión del planeta.
 Tenemos ahora el sentimiento de hallarnos ante un mundo más amenazante. Muchas de nuestras referencias anteriores se han quedado obsoletas.  Se han derrumbado nociones políticas y sociológicas que habían estado vigentes durante dos siglos. Las herramientas conceptuales que empleamos durante tanto tiempo para comprender y para explicar la evolución de las cosas, se han vuelto de pronto inadecuadas, desprovistas, desprovistas de eficacia para evaluar los cambios actuales.
 La cuestión ecológica,  durante tanto tiempo negada o minimizada, ocupa ahora el centro de las preocupaciones de muchos ciudadanos. Es el resultado del extenso e incansable trabajo de alerta de organizaciones ecologistas basado en informes científicos. En especial la decidida acción de los fundadores de la ecología moderna, agrupados en el Club de Roma, quienes –ya en 1970- publicaron un resonante informe inaugural que despertó las conciencias del planeta.
 
No podemos, pienso yo seguir mirando para otro lado mientras ocurren fenómenos como los que se describen:
 
El niño en 1970. En 1998 los huracanes Georges y Mitch. El 21, de mayo del 2003 en Argelia en la región de Bumerdés a unos 50 km de Argel. A las 7.30 horas de la tarde la tierra tembló hasta alcanzar los 6,8 grados Richter, hubo 2.278 muertos. Irán El 26 de diciembre de 2003, cuando el terremoto 5,50h de la mañana en Bam comenzó a temblar hasta destruir el 80% de las casas siendo el resultado de 30.948 muertos. Huracán Katrina el 29 de agosto del 2005, en Nueva Orleans Estados Unidos, dejando la cifra de unos 1.500 muertos. El 12 de Mayo del 2008 un terremoto de 7,9 grados en la escala de Richter, que devasto la provincia de Sichuan, en el suroeste de China con 70.000 muertos y millones de personas sin hogar, el seísmo de Aceh (Indonesia) el 26 de diciembre del 2004 que se trago las costas del Oceánico Indico con 230.000 muertos, el terremoto de L´Aquila Italia el 6 de abril del 2009 de 5,8 grados que mató 308 personas, el 8 de octubre del 2005 en Cachemira Pakistán /India, terremoto de 7,6 grados que estremeció a Pakistán, India y Afganistán, el más fuerte que conocen en el último siglo, dejó 73.000 muertos, El 12 de enero del 2010 Puerto Príncipe (Haití), pasara de los 230.000 muertos, y una ciudad completamente destruida. Estos fenómenos se han repetido de forma más frecuente y persistente desde 1970, comparado con los 100 años anteriores.
Las dos primeras semanas de febrero del año en curso 2010, alagunas zonas de Washington permanecen enterradas bajo 1,5 m de nieve, muchas áreas de la zona están paralizadas más de 8 días consecutivos a causa de una segunda tormenta invernal que se puede considerar histórica.

En España estas mismas semanas de febrero del 2010 hemos llegado en algunas zonas de nuestra geografía a -20ºC y -22ºC.

El 12/02/2010 Roma, los lugares más emblemáticos aparece cubiertos de nieve, Fontana de Trevi, la Plaza Nova y Plaza de San Pedro hace más de 24 años, que no se recuerda ver la ciudad cubierta de nieve.
El 22 de febrero en Madeira ( Portugal ) las lluvias torrenciales han causado 42 muertos, podíamos seguir contando, desgracias y desastres pero mi intención no es alarmar sino, concienciar, reflexionar, ver, pensar, y como la mayoría de nosotros tenemos raciocinio, actuar en consecuencia.
Galicia, Cantabria, País Vasco, están en alerta amarilla, a causa de fuertes vientos, por encima de los 120 km y en ocasiones acercándose a los 230 km.
 En Chile, hoy 27 de febrero a las tres de la madrugada se ha producido un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter, que ha dejado de momento más de 300 muertos.
Bien es verdad que todo no se le puede achacar al Cambio Climático, pero por intuición ¿algo debe tener que ver? ¿O no?
Ahora pasaremos de la lluvia a tener un sol veraniego, y a si, como viene pasando los últimos años, pasamos del invierno directamente al verano, el otoño y la primavera no tienen apenas incidencia, y esto sí que tiene mucho que ver con el Cambio Climático.
 En el 28/ 05/año 2015 en la India una ola de calor causo la muerte de 1.400 personas.
En nueva York rompe récor de ola de calor en Navidad, 18,8 grados Celsius 27/12/2015.
La organización National Wildlife Foundation.  Dice que 200 millones de estadounidenses sufrirán graves problemas mentales por el cambio climático. Entre los sectores de población más amenazada se en cuentran  los menores, los ancianos, la gente que vive en la pobreza y las personas que ya tienen algunos problemas de salud mental.
De acuerdo con este estudio, un 50% de estadounidenses viven en zonas costeras, que se verán afectadas por tormentas y por un aumento del nivel del mar. Además, el 70% de población padecerá olas de calor y quienes viven próximos al curso de los ríos sufrirán por las inundaciones.  (6/11/2015)./
Publicado el 25/01/2016 imágenes que muestran la desaparición del segundo lago más grande de Bolivia.
Como consecuencia de la desaparición del agua, murieron millones de peces, mientras que unas 500 aves, como flamencos y patos, también perdieron la vida debido a la sequia.
Ubicado en la región de Oruro, a 3.700 metros sobre el nivel del mar, el lago Poopo era el segundo lago más grande de Bolivia.
El ser humano ha destruido ya el 46% de la masa forestal del planeta: Un equipo de investigación de más de 15 países ha estimado en tres billones la cifra de árboles en el planeta. La tasa de pérdida debido a la deforestación y la actividad humana es de 15.000 millones de árboles cada año.
Si no nos ponemos en serio en contribuir con todos los medios, desde los pequeños pueblos hasta las grandes ciudades y naciones del mundo, en reducir los gases contaminantes, el mundo vivirá con más frecuencia las catástrofes que hemos ido enumerando en el artículo anterior.
Esto debería estar medianamente claro, que se debe sin lugar a dudas, al cambio climático y el calentamiento marino que alimenta la fuerza de los huracanes.

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