AIREADO
Es una operación que se efectúa cuando el suelo está muy compacto,
favorece mucho la regeneración de raíces devolviendo el vigor perdido al
césped. Consiste en horadar el suelo a
una profundidad de 10-15 cm., siendo en este intervalo donde se produce la
máxima compactación. Mediante esta
labor, mejoramos la circulación del aire por el sistema radicular, y
favorecemos la formación de nuevas raíces que ocuparan muy pronto los
mencionados agujeros.
La mejor época para llevar a término esta operación es en primavera,
que es cuando la planta empieza a brotar.
En lugares donde no hay riesgo de heladas en invierno, se puede
practicar también en otoño. Debe hacerse
una vez al año y se realiza con una maquina de púas verticales que a medida que
avanzan se van clavando en la tierra.
También se puede hacer con una horca, pero este método resulta bastante
pesado.
ESCARIFICADO
Labor de gran importancia cuando el césped ya hace unos años que se ha
instalado, ya que con el paso del tiempo, se va formando una especie de
alfombra de hojas y tallos muertos sobre la superficie del suelo, muy nociva,
ya que retiene mucho la humedad dificultando en gran manera el intercambio de
gases en el sistema radicular. Al mismo
tiempo no deja penetrar el agua en el suelo, quedando retenida en la citada
capa lo que favorece la instalación de
hongos, con el riesgo de ir pudriendo parte de las raíces.
El período recomendado de aplicación, es la época de brotación – la
primavera – y se realiza mediante unas máquinas que llevan dos cuchillos que
cortan la hierva y al mismo tiempo extraen a la superficie la mayor parte de
esta alfombra, pudiendo retirarla a continuación. Una vez ha pasado la máquina, la superficie
queda con unos pequeños cortes de unos 2 cm. de profundidad. Al cortar mucho los tallos estoloniferos y
rizomáticos del césped, provocamos una nueva brotación de esta, que cubrirá en
un intervalo de cuatro semanas, aproximadamente toda la superficie trabada.
RECEBADO
Consiste en
esparcir por toda la superficie del césped tierra vegeta, roldó o sauló
mezclado con turba, etc., en un espesor de 1 a 2 cm. De esta manera dejamos la
superficie totalmente igualada en caso de existir irregularidades y también
mejoramos la permeabilidad del suelo.
Esta capa se
reparte con una pala y se iguala con un rastrillo o escoba de jardinero, procurando hacerlo de la forma más uniforme
posible. Podemos mezclar nuevas semillas
que ayudarán a cubrir o a aumentar la densidad del césped quedando la
superficie verde muy compacta.
La mejor época de
aplicación, es al principio de la primavera, aunque también se puede hacer en
otoño. En este caso, en las zonas frías
sirve de protección contra las heladas del invierno.
LIMPIEZA
Es muy importante
mantener la superficie del césped bien limpia.
Es necesario retirar todos los materiales no deseables, como pinaza,
papeles, hojas, plásticos, latas, excrementos de animales, etc., la frecuencia
con que se realizará estarán en función
de la cantidad de estos materiales que se depositen sobre el césped.
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