JARDINES DE CAN CASTELLÓ 1

 

Jardines de Can Castelló

Sarria Sant Gervasi  (Superficie: 0,37 Ha)

 

 

Entrada a los jardines de Can Castelló

Estos jardines fueron creados para la casa familiar de los Castelló, edificio con estructura  de masía que fue construida en los años treinta.  Se trataba de un gran caserón con un diseño muy rural; tejado de dos vertientes, grandes ventanas y con balconadas en la fachada principal, con ventanas de medio punto en la fachada lateral.  Es una de las pocas masías que todavía se conservan en Sant Gervasi.

Estos jardines románticos y elegantes lo que más destacan son los parterres redondeados,  de formas irregulares, bien definidos, y densos dándole una belleza paisajística extraordinaria.

Es la parte que ha quedado de la finca del doctor Josep Castelló i Galvany, de la que se conserva la casa  remodelada, con una estructura típicamente rural y un tejado de dos vertientes, que hoy alberga un centro municipal de ancianos y está totalmente rodeada por edificios de nueva construcción. 

El jardín está delimitado por la valla original, un muro alto y grueso cubierto de vegetación, con una reja por la que se accede al jardín.

Muro cubierto de vegetación (entrada por Via Augusta- Plaza Castelló)

Este jardín podemos considerarlo de un estilo romántico  y lo es, con caminos sinuosos y amplios parterres de césped  cargados de árboles y arbustos y palmeras, que por su edad, han alcanzado  un considerable tamaño.  Estos parterres resultan densos y de gran interés paisajístico por la combinación de diversas especies, parte de ellas exóticas, entre las que podemos destacar varias palmeras muy altas, castaños de indias que bordean los caminos con un grupo de nolinas, especie no muy frecuente en Barcelona.

La variedad de árboles y plantas es importante; algunos de ellos pertenecen al jardín original y otros se plantaron en el momento de la remodelación del jardín para adecuarlo al uso público.  

Los caminos como vemos están llenos de bancos que nos garantizaran un descanso a la sombra de los grandes árboles y palmeras,  el muro que lo rodea resguardan la tranquilidad y el silencio, a pesar de que los pájaros y como no las cotorras que se van adueñando de los árboles y palmeras haciendo un constante jaleo que no deja de ser agradable.