La plantación es una operación
importante para conseguir un desarrollo óptimo de la planta. Por lo tanto, debemos efectuar un hoyo de
plantación, que permita incorporar un volumen considerable de tierra de calidad
preparada previamente, facilitando así un enraizamiento óptimo del arbusto. De esta manera la planta lo agradecerá
efectuando espectaculares crecidas, adquiriendo un vigor adecuado al cuidado
que le hemos dedicado en su plantación.
La verdad, que cuanto
más grande sea el agujero que acogerá al arbusto, teniendo también en cuenta
las dimensiones del propio arbusto y la especie. No obstante, se pueden dar unas medidas que
consideramos más adecuadas, donde la planta se desarrolla con toda normalidad. Estas son de 40x 40x40 cm. hasta 70x70x70 cm.
que corresponde a un agujero de forma más o menos cuadrada. Si este es redondo, lo haremos entre 40 y 70
cm. de diámetro y a la misma profundidad.
AGUJERO DE PLANTACION PARA SETOS
En este caso, lo que
se hace, es abrir una zanja donde queremos instalar el seto, siendo más práctica
la sección cuadrada de 40x40 cm.
Si donde vamos a
plantar es una buena tierra o esta ha sido convenientemente arreglada la
utilizaremos para rellenar el agujero de plantación. A pesar de ello, siempre es conveniente
agregar turba o estiércol, debiendo estar bien curado, así como abono de fondo,
todo ello bien mezclado. Otra
recomendación es aprovechar sólo la tierra de los primeros 30 cm. del
agujero. El resto la dejaremos en un
lugar del jardín para que se vaya aireando.
Si tenemos un suelo
pesado, el drenaje se produce con mucha dificultad, entonces es conveniente
profundizar 20 cm. más de lo previsto.
Al momento de llenarlo, primero pondremos en estos centímetros de más,
grava gruesa quedando extendida a todo lo ancho del agujero. Seguidamente, la tierra preparada hasta
cierta altura, inmediatamente pondremos el arbusto dentro del agujero para
comprobar que la parte superior del pan de tierra, nos quede un par de dedos
por debajo del nivel del jardín.
Una vez comprobado,
añadiremos más tierra en el fondo o sacaremos, según sea el nivel.
Si el arbusto nos
queda al nivel deseado procuraremos que este quede centrado dentro del agujero
y en posición vertical. Luego
procederemos a tirar tierra alrededor de las raíces y al mismo tiempo iremos
asentándola con el mango de una azada o similar. Esta operación, se conoce como “atacar al
arbusto”. Una vez el agujero está
totalmente lleno, procederemos a hacer el alcorque para poder regar.
De hecho, la
distancia de plantación, nos viene marcada por el vigor de la planta, la edad
de esta, y el espesor del seto. Todos
estos factores están muy interrelacionados, pudiendo dar más importancia a la
que más nos interesa.
Después de plantar,
siempre regar en abundancia. Durante las
cuatro o seis primeras semanas, prestar atención al riego. La frecuencia depende de la orientación y el
tipo de planta. Durante este período es
bueno refrescar la planta aérea, sobre todo entre primavera y otoño. Esto es muy importante en los setos de coníferas
como cipreses y otros.
Es importante evitar
plantar en lugares de riesgo de heladas, así como en verano. El resto del año no presenta ningún problema
para la plantación.
Diámetro del cepellón entre 30 y 50
cm. La profundidad, algo menor de 30 a 40 cm.
Proceso a seguir:
Atar la parte aérea
con una cinta, reduciendo así el diámetro de expansión. Esto facilitará las operaciones de trabajo a
su alrededor.
Abrir una zanja alrededor del arbusto que
tenga como mínimo el doble del diámetro del cepellón.
La profundidad de la zanja será de 10 a 15
cm. más que la profundidad del pan de tierra.
Una vez toda la zanja la tenemos a la
profundidad deseada, empezaremos a formar el cepellón con la ayuda de la pala
de recorte.
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