Parterre con estanque en el
centro con dos tilos presidiendo el resto de parterres de arbustos muy bien
recortados.
Sin embargo, los jardines
conservan la estructura geométrica y la secuencia de terrazas descendientes (a
las escaleras se han añadido rampas para facilitar el acceso). El trazado de las plataformas es de caligrafía
francesa, muy regular y abierta, con
caminos de sablón que discurren entre parterres de broderie-siempre-y delicados
surtidores. Altivas palmeras y poderosas
magnolias ponen el acento vertical a las arboledas dispersas. Por todas partes, grandes tiestos de
terracota subrayan el regusto aristocrático del dibujo.
Una de las vistas más hermosas
de los jardines es la que podemos contemplar desde la terraza que está delante
del palacio. Todo el conjunto es de una
gran armonía, con escaleras muy anchas a ambos lados del palacio.
Parterres de arbustos
recortados con magnolias y en el centro un grupo de palmeras
No obstante, estos jardines
son hoy introspectivos, puesto que el crecimiento de los árboles en las faldas
de la sierra de Montbau y los bloques de pisos que cortan el horizonte- ya no
permite ninguna vista sobre la ciudad. A
cambio, la clausura geográfica les asegura un silencio denso que hace juego con
la serenidad clásica del diseño y el delicado golpeteo del agua de los
surtidores. El generoso abrazo del verde
del bosque circundante le aporta una frescura sombría y agradecida. El conjunto es ciertamente el testimonio de
un tiempo ya caduco.
Surtidor en el centro rodeado
de plantas vivaces y palmeras guardando los parterres, hermosamente recortados.