EL DERRIBO
Finalmente, en 1869 después de un siglo
y medio de historia, por una ley impulsada desde Madrid por ilustres catalanes
pero sobre todo por el general Prim, el solar de la Ciudadela revertía a la
ciudad.
La ley era explícita: los terrenos deberán destinarse <
EL PROYECTO DEL PARQUE
De la cesión de los terrenos a la ciudad en 1869 el derribo de la vieja ciudadela y la convocatoria de concurso público para un proyecto de parque, transcurrieron tres años.
Josep Fontseré-maestro de obras no arquitecto, detalla que le ocasiona con los años algunos problemas graves-fue el ganador. El lema del trabajo premiado: <> refleja el espíritu que animaba al autor al tiempo que hace patente la necesidad de espacios verdes en Barcelona del siglo pasado.
Como se aprecia en la ilustración del proyecto se enmarca claramente dentro de los límites de la zona militar expropiada en 1714 al tiempo que se incorpora plenamente en las líneas básicas del plan Cerdá (véase como el trazado del Eixample llega al Parque). En principio se supone también el derribo de todas las edificaciones de la Ciudadela, como demuestra el diseño de la planta casi circular un palacio para la exposición en el lugar ocupado hoy por la plaza del Parlamento (A). Con inicio de las obras, con el paso del tiempo y los avatares socio-políticos, se fueron produciendo, profundas alteraciones en el proyecto original. Asimismo persistía la ampliación del paseo de Sant Joan, hoy de Lluís Companys (B) y el trazado del de la Industria, en la actualidad Pau Picasso (C), conjuntamente con la construcción del Borne (D). Una vía de circunvalación (E) cerraba y posibilitaba el acceso a las diferentes zonas del Parque.
LA EXPOSICION UNIVERSAL
La idea de celebrar en Barcelona, precisamente en el ámbito del nuevo Parque de la Ciudadela, una gran Exposición Universal -la primera se inaugura en Londres en 1851- que lanzará la ciudad más allá de nuestras fronteras nace en 1885 en una época de relanzamiento industrial y comercial reforzada por un ambiente real de optimismo y fe en el porvenir.
Las
obras del Parque, a partir de este momento, quedarán subordinadas a la flamante
iniciativa. Paralelamente, la ciudad entera comienza a recibir el impacto
-urbanístico y social sobre todo de una manifestación multitudinaria que,
además de afectar aspectos económicos, introdujo importantes aportaciones en el
campo técnico, científico y artístico 19 países y más de 12.000 expositores
participan en el certamen repartidos en pabellones i edificios dispersos
alrededor del Parque, algunos de los cuales se incorporan a la ciudad una vez acabada
la Muestra: museo de Zoología (B), invernadero (C), Paseo de San Juan... El
gran palacio de la industria de planta semicircular, hoy desaparecida era el
elemento central de la Exposición (A). Una fuente mágica, cuyas aguas se iluminaban en plena noche con colores
cambiantes en el hermoso centro de la plaza del Parlamento, era la atracción
principal. El éxito de la convocatoria fue espectacular: 2.240.000 visitantes,
cifra sorprendente para la época y para la Barcelona de hace un siglo.