martes, 24 de julio de 2012


 El incendio del Alt Empordá, Figueres, Roses, Cadaqués, Portbou etc.
Como salvar del infierno del fuego, pueblos, carreteras, caminos, rodeados de bosque.
1º Todas las calles deberían tener acceso y salida para facilitar la labor de los Bomberos.
2º Desbrozar 200 m2 alrededor de los pueblos o urbanizaciones.  Los árboles cercanos al pueblo deberían estar plantados a una distancia de al menos 25 m entre sí aproximadamente, en 50 metros en la redonda, siendo obligatorio que el soto bosque este completamente limpio, eso nos facilitara la extinción del fuego puesto que la vegetación no controlada, hace que los incendios sean muy virulentos y no controlables.
3º En las zonas que han sido devastadas por el fuego, que a la fuerza tendremos que reforestar, tendremos la ocasión, el deber y la obligación  de replantear la distancia de los árboles cercanos al pueblo o urbanización, y su posterior limpieza.
4º Las urbanizaciones y carreteras cercanas a los pueblos debería contar con bocas de riego cada 50 o 100 m., para así poder instalar si fuera necesario cañones de agua que cubrirían unos 50 metros entre sí a lo largo y ancho de los caminos cercanos a la zona boscosa. Estos cañones deberán estar a disposición de los pueblos cercanos y que tengan las instalaciones y bocas de riego a punto, para poder ponerlos en marcha en cualquier momento que sea necesario.
Esto en principio puede parecer caro pero si tenemos los medios podemos hacer frente a cualquier incendio, y con ello evitar la pérdida de vidas humanas, la desolación de las familias por la pérdida de los  seres queridos.
En una buena parte de nuestra geografía se ha ido urbanizando parte de los  parajes rurales y naturales, alterando o destruyendo los mecanismos de autorregulación natural, como son cauces de ríos, torrentes, permeabilidad del suelo, capas freáticas, diversidad de especies etc. Todo eso multiplica los riesgos de catástrofe.
Si no tomamos medidas los próximos 20 años desaparecerán  el 25% de nuestros árboles; es necesario pues hacer planes de reforestación en nuestros bosques.  La reforestación deberíamos hacerla con planta autóctona para así garantizar que la repoblación sea eficaz.
Si en esta zona de Alt Emporda, se hubiera desbrozado de 150 a 200 metros, a ambos lados de la carretera estoy seguro que el pánico que se adueñó de las personas no hubiera ocurrido puesto que al estar limpio de soto bosque el fuego a la fuerza se aminora, y nos deja tiempo para reaccionar y salvar nuestras vidas, si a eso le añadimos que los árboles hasta 50 m de la carreteras o autopistas la distancia de uno a otro debería ser de unos 25m, entre sí, con esto y el desbroce de 150 a 200 m. a ambos lados de las carreteras, autopistas y caminos, todo sería mucho más fácil, para poder controlar un incendio y como no evitar la pérdida de vidas humanas, y atajar la barbaridad de ha. de bosque quemadas, año tras año, para eso hace falta un plan anual de limpieza de nuestros bosques, haciendo corta fuegos allí donde sea posible y con la limpieza igualmente a cada lado del corta fuegos.
Aunque parece exagerado, debería empezar a formar parte de nuestra cultura, si queremos que nuestros bosques no desaparezcan.

Lamento la perdida de vidas humanas en primer lugar:  y como no la perdida de  decenas de ha. y de la gran cantidad de especies que se han ido con el fuego.  El bosque es un equilibrio entre naturaleza y seres vivos, que son imprescindibles para mantener la flora y la fauna, la vida, el medioambiente etc.

jueves, 5 de julio de 2012

La siega del césped y riego

SIEGA
La siega consiste en la eliminación parcial de la parte aérea de la planta, fundamentalmente por dos motivos:  para evitar que la planta haga flor y por una cuestión de estética.

 Debemos procurar no eliminar más de una tercera parte de la altura total de la planta.  Esta consideración tiene una especial importancia desde finales de primavera y verano, que es cuando se alcanzan temperaturas máximas considerables quedando protegidas las partes más tiernas de la planta.  De no hacerlo así, el sol deshidrataría rápidamente el césped recién segado.

 Es bueno dejar el césped un poco más alto en verano, reduciendo así la evaporación del agua del suelo.  Procuraremos segar antes de que la planta supere los 10-12 cm., evitando que los tallos se curven por exceso de longitud.  Es bueno recordar, que en las hojas, mediante la foto síntesis, se sintetiza la materia orgánica, de manera que cuanto más reducimos la parte aérea, más reduciremos la producción de ésta pudiendo afectar al normal crecimiento de la planta.

 La frecuencia de siega viene dada por la estación dentro la que nos encontraremos, el estado nutricional en que se encuentre el césped, las horas de exposición solar que reciba y el vigor de la propia especie.  Debemos recordar que después de una siega, siempre regaremos.

 RIEGO

Con el riego aportaremos el agua que se ha perdido por la propia transpiración de la planta y por evaporación del suelo.  El agua favorece la absorción de los elementos nutritivos a la planta y a la vez, regando, bajamos la temperatura interna de la misma cuando la exterior sea demasiado elevada.

La mejor forma de regar es imitando a la lluvia.  Así, los aspersores rompen el chorro de agua en pequeñas gotas cumpliendo bien esta finalidad.  Si regamos a mano con una manguera, también intentaremos esparcir el agua en forma de lluvia.  Si éste es el método que utilizamos, efectuaremos el riego en varias pasadas ligeras para que la tierra se vaya empapando poco a poco, evitando de esta manera movimientos horizontales del agua por la superficie.  Este punto es muy importante en superficies de césped inclinadas, ya que si no se actúa así, se produce una gran es correntía, lo que provoca que la penetración del agua en el suelo sea mínima.

 El mejor momento del día para regar, es a última hora de la tarde o a primera hora de la mañana.  Evitaremos regar en el momento de mayor incidencia solar; en cuanto a la frecuencia del riego, cabe destacar que es variable dependiendo de la estación en que nos encontremos y de la orientación de la zona de plantación.  En verano, que es cuando debemos aportar más agua, podemos regar cada dos días en caso de que el riego se efectúe de forma manual, es decir, con manguera.  Si tenemos instalación de riego automático, podemos regar cada día.  En invierno también se debe regar, aunque con frecuencia mucho menor.  En los días ventosos se produce también una gran evaporación, por lo que deberemos reponer esta pérdida  lo antes posible.

NOTICIAS DE LA ONU CAMBIO CLIMÁTICO, 13 DE DICIEMBRE DE 2023

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